El otro rostro del Tornaviaje

El pasado 30 de mayo de 2025 tuve el privilegio de participar en el VII Seminario Colima en el Tiempo, que este año estuvo dedicado a la Cultura Marítima. Convocado por la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México, Capítulo Colima (SODETAM), el Seminario fue organizado en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Subsecretaría de Cultura, la Universidad de Colima y la Fundación Romero-Abaroa. Durante tres intensas jornadas —28, 29 y 30 de mayo— se abordaron múltiples aristas de la relación histórica, cultural y económica entre el ser humano y el océano Pacífico, con sede en tres recintos fundamentales para la vida cultural de la región: el Museo Regional de Colima, el Auditorio del Museo de Palacio y la Pinacoteca Universitaria de la Universidad de Colima.

Cada día del seminario fue concebido como una travesía temática. El primero, orientado a los “Saberes ancestrales y sostenibilidad marina”, abordó con admirable densidad los conocimientos tradicionales vinculados al mar y su preservación. El segundo día, titulado “El mar como vía de comercio y expansión”, se centró en las redes comerciales, las exploraciones y los circuitos marítimos que vincularon a Colima con otras regiones del Pacífico y del mundo. Finalmente, el tercer día —que fue el escenario de mi intervención— se concentró en “El legado cultural de los pueblos del mar”, y fue dentro de esta sección donde presenté mi conferencia titulada: “Héroes menores, conquistas mayores: la expansión marítima del Pacífico (1524–1564)”.

Mi participación se desarrolló a las 18:00 horas en la Pinacoteca Universitaria. En ella propuse una inversión del enfoque historiográfico tradicional. En lugar de privilegiar la mirada de los grandes capitanes, los cosmógrafos cortesanos o los cronistas fundacionales, enfoqué mi análisis en los actores anónimos y fundamentales de la expansión marítima hispana por el Pacífico en las primeras cuatro décadas de colonización: esclavos africanos, indígenas forzados, mestizos sin título y mujeres sin promesa.

Entre los años 1524 y 1564, lo que entonces se denominaba “la mar del Sur” —el océano Pacífico— pasó de ser un horizonte apenas entrevisto a convertirse en una vasta ruta de comunicación entre Asia y América, sostenida por las travesías del tornaviaje. Desde los astilleros improvisados de Tehuantepec hasta los asentamientos en Filipinas, esta red marítima transformó la Nueva España en una pieza axial del circuito imperial global. Sin embargo, las fuentes escritas han tendido a registrar los nombres ilustres, mientras que los cuerpos que hicieron posible esa infraestructura marítima permanecen apenas como cifras de inventarios o víctimas de naufragios sin crónica.

Así, la conferencia partió del principio de que la historia de la navegación y la conquista no puede seguir siendo contada exclusivamente desde los capitanes y sus instrucciones náuticas. Propuse una lectura “desde abajo” de la expansión por el Pacífico, poniendo atención en los fragmentos documentales que revelan la acción de los trabajadores invisibles: aquellos que construyeron embarcaciones sin garantía de navegar en ellas, que sirvieron como remeros, intérpretes o cargadores, y que enfrentaron la mar sin promesa de retorno. A estos actores los llamé “héroes menores”, no por la magnitud de sus acciones —que en muchos casos fueron determinantes— sino porque la historiografía ha insistido en tratarlos como reemplazables, prescindibles o simplemente secundarios.

La propuesta fue leer los archivos no sólo por lo que dicen, sino sobre todo por lo que silencian. Se analizaron registros fiscales, listas de pertrechos, testimonios judiciales y documentos logísticos para identificar no a los nombres gloriosos, sino a las multitudes sin firma que posibilitaron la fundación de puertos como La Navidad, el comercio interoceánico y las primeras conexiones con Asia. Por ejemplo, mostré cómo los informes de alistamiento de tripulación consignan a decenas de “negros” sin mención personal, y cómo los repartimientos costeros reclutaban mano de obra indígena para faenas náuticas que los alejaban de sus territorios sin promesa de retorno. En esas listas, cada cifra representa un cuerpo sometido a la lógica extractiva del imperio y un rastro que, pese a su anonimato, merece nuestra atención historiográfica.

La conferencia también abordó la importancia de ciertos enclaves estratégicos del litoral del Pacífico mexicano, particularmente en lo que hoy son los estados de Oaxaca, Colima y Jalisco. Se analizó el papel de puertos como el de Zacatula o el de La Navidad, no solo como escalas náuticas, sino como zonas de reclutamiento humano y de intersección entre rutas terrestres y marítimas. La colonización del litoral y su articulación al entramado imperial no fue, como suele decirse, una “expansión de la cristiandad” ni un mero gesto exploratorio. Fue, más bien, una forma brutal de reorganización del espacio y del trabajo, donde la logística marítima estuvo sostenida por centenares de personas cuya vida no interesaba más allá de su utilidad operativa.

Al concluir mi exposición, fue particularmente grato ver entre los asistentes al historiador Thomas Calvo, una figura señera en los estudios del mundo hispano de los siglos XVI al XVIII y maestro entrañable para muchos de nosotros. También fue motivo de alegría encontrar a la historiadora colimense Paulina Machuca, quien ha abierto rutas de investigación cruciales sobre los vínculos transpacíficos, así como a Irma López Razgado, otra figura clave en la historia cultural de la región.

El Seminario concluyó con una atmósfera de entusiasmo compartido, no sólo por la calidad de las ponencias, sino también por el compromiso de instituciones y públicos con la memoria marítima de Colima. A lo largo de los tres días quedó claro que el mar no es únicamente un paisaje ni un recurso, sino un archivo palpitante de memorias, tensiones y luchas. Y que para entender la historia del Pacífico, es necesario mirar también hacia abajo: hacia los remos, los astilleros y las costas donde comenzó la globalización de los cuerpos.

Aristarco Regalado


Para profundizar en el tema recomendamos el libro del autor del artículo: Aristarco Regalado Pinedo, Crimen a medianoche en el puerto de La Navidad, 1561. Ed. Anabasis Project, 2023.


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